lunes, 12 de enero de 2015

La chaqueta nueva

El viernes pasado me llegó una chaqueta que pedí por Internet. Está basado en uno de los personajes del juego Mass Effect, concretamente en Tali, que es mi preferida. Ahora mismo la tengo puesta y es muy calentita, y muy agradable al tacto. La verdad es que descubrí hace días que si bien no me interesa el sexo, si disfruto mucho de lo sensual, entendido como lo relativo a los sentidos: tacto, vista, olfato,... pero eso ya es tema para otro artículo.


En realidad es una chaqueta de chica, lo cual supongo que es parte de su encanto. Hace tiempo una persona me dijo que idealizaba a las mujeres. No es eso exactamente, pero si que aprecio muchas cosas que no me he permitido por ser hombre. La idea de que sea "de mujer", no me desagrada en absoluto. Más bien al contrario.

El caso es que quiero que mis amigos me vean con ella. Si he de decir la verdad, no se por que. Quizás por que es algo mío, que me define. Algo con lo que me siento a gusto. En realidad no importa, la cuestión es que me ilusiona.

Es una bobada ¿No es cierto? Si. Si que lo es. No quiero negarlo: es una tontería. Y me hace muy feliz que lo sea. Me he acostumbrado a que todas las cosas tengan que tener un sentido, un propósito, que las cosas deban de ser importantes.

Eso es simplemente absurdo. Si me siento así de feliz con tan poca cosa ¿por que no disfrutarlo? Ojalá todo fuese tan sencillo ¿Por que hemos de renunciar a la felicidad tan solo por no entender el motivo?

viernes, 2 de enero de 2015

La misma inteligencia

Por simple observación parecería que hay personas más inteligentes que otras, pero en realidad no sabemos si las diferencias ya existen al nacer o se deben a la experiencia adquirida. No hay duda de que la experiencia y educación importan, así que ¿por qué limitarnos?

Es decir, creo que todos somos capaces de todo, y que por tanto todos somos igual de inteligentes. La verdad es que todo lo que sé apunta en esta dirección, pero no es el tema del artículo el discutirlo. Lo que voy a tratar es la incongruencia de que aún pensando esto, siga enorgulleciéndome de destacar intelectualmente.

Supongo que es algo heredado de la escuela. Cada uno logra su propia autoestima en base a aquello que mejor se le da, y en mi caso no era ni la actividad física ni la social. El caso es que siento orgullo cuando alguien me elogia por resolver un acertijo o problema. Inconscientemente busco ese elogio, pero esto es algo que no me gusta de mi.

No me importa sentir orgullo por resolver un problema útil, o por habilidades que he escogido desarrollar de forma consciente, como es mi experiencia con el e-learning. Pero no me gusta "hacerme el listo" aunque en ocasiones tiendo a ello inconscientemente. Cuando me ocurre y me doy cuenta, siento una gran vergüenza,ya que mi filosofía no va en ese sentido.

El problema es que hace poco me di cuenta de que este sentimiento me afectaba más de lo que esperaba. Fue en una partida de rol, en la que se propuso la resolución de un "puzzle" para abrir una puerta. Mi primer instinto fue el querer hacerlo, pero como me di cuenta de que lo quería para "mostrar lo listo que soy" enseguida lo reprimí.

Durante todo el rato en el que otra persona estuvo resolviéndolo yo no paraba de sentir curiosidad sobre como era, en lugar de centrarme en la "batalla" que los demás estábamos librando. Así que creo que este tipo de actividades también me gustan y no debería de avergonzarme tanto por querer hacerlo.

También desde el punto de vista puramente narrativo era lógico que mi personaje fuese el que se encargase de dicha tarea, así que desvirtué la interpretación lógica de la partida en base tan solo a unos prejuicios personales sobre lo que debería o no sentir en estos casos.

Pero viendo el lado positivo, he descubierto algo sobre mi de lo que no era consciente. Curiosamente esto es algo que vi este mismo año en un capítulo de My Little Pony y que comenté en otro artículo. Me sorprende un poco que un sencillo mensaje de unos dibujos animados se pueda aplicar a mi con tanta precisión a estas alturas. Y también de que a pesar de identificarme con el personaje no fuese capaz de ver este problema para evitarlo en la partida.

En fin, lo positivo es que a partir de ahora puedo prestar más atención y fijarme si esto me ocurre en más ocasiones, en circunstancias en donde por ser algo más sutil puede que no me diese cuenta.