domingo, 26 de octubre de 2014

Cutie marks

Conocerte a ti mismo consiste en saber en que te diferencias de los demás. Eso hace que en una sociedad que apuesta por la "normalidad" sea muy difícil aprender sobre ti. Asumimos que somos como los demás para sentirnos integrados y eso nos hace ignorar u ocultar las cosas que nos hacen especiales.


Tener habilidades especiales está relativamente bien visto, pero incluso en esos casos hay gente que prefiere ocultarlo por miedo a destacar y a ser rechazado por los demás. Dado que no animamos a la gente a mostrar sus diferencias y virtudes, el que lo hace queda automáticamente fuera del grupo y expuesto a la envidia ajena. Creo que un pensamiento que podemos tener a veces es: "Si yo he sabido ocultar lo mio ¿con que derecho muestra él lo suyo?". Convertimos entonces el acto del otro en una forma de histrionismo que debemos criticar.

No es que la gente actúe con maldad, sino que partimos de errores filosóficos de base. Un error que cometemos de partida es suponer que hay personas normales, y personas que se salen de la norma. En realidad lo que está dentro de la norma o no son características concretas que podemos tener, pero son tantas las características que tenemos que es prácticamente imposible que ninguna de ellas se salga de la norma. Lo que ocurre es que si presuponemos que hay personas normales y que eso es lo apropiado, trataremos de disimular aquello en lo que no lo somos. Así que muchas de las personas que parecen "normales" probablemente solo estén ocultando aquello que les hace diferentes.

Creo que tendríamos algo que aprender de la sociedad de My Little Pony, dado que en ella se apuesta de forma activa por descubrir que te hace diferente. Todo pony lleva en su costado un dibujo llamado "cutie mark" que representa lo que le gusta o se le da bien. No nacen con ella, sino que deben descubrirla al llegar a cierta edad, y creo que sería bueno que en nuestros colegios también apostásemos por hacer algo parecido. No hablo solo de habilidades, sino de cualquier cosa que nos haga distintos.

En este aspecto quizás fuese interesante apostar en las escuelas por los juegos de rol. Que los niños aprendiesen a interpretar distintos roles, tanto para aprender a respetarlos como para descubrir en ellos cosas que les gustan. Descubrir que hay diferentes rasgos y que pueden sentirse más a gusto con unos que con otros.

Naturalmente esta idea puede tener muchos inconvenientes, pero lo importante es ir creando en los niños la conciencia de la diversidad, de la suya propia y de la de los demás. Del respeto a esta diversidad a través de la comprensión de que todos tenemos cosas particulares, y que estas no nos hacen ni mejores ni peores, tan solo distintos. Generando en ellos la curiosidad por descubrir como son cada uno y que les hace especiales.

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