lunes, 29 de septiembre de 2014

Alan Turing

Varias personas me han dicho que soy valiente por escribir este blog. Me ha gustado oírlo, y me ha hecho sentir orgulloso, pero al mismo tiempo me hace sentir un poco irresponsable por que creo que no evalúo de la misma manera los "riesgos" de lo que escribo y siento que puede que no sea consciente de los inconvenientes. No es que sea del todo inconsciente, se muy bien que a veces puede haber problemas y la gente te puede herir en determinadas circunstancias, pero aún así es posible que peque de excesiva ingenuidad.

Por ello quiero contar la historia de Alan Turing, que es uno de los motivos por los que me permito ser tan abierto en estas cosas. Para quien no lo sepa, Alan Turing es uno de los padres de la informática, y también un héroe inglés de la Segunda Guerra Mundial por su participación en el descifrado de los códigos nazis.

El caso es que Alan Turing era también homosexual. Y a pesar de el gran servicio que hizo a su país, cuando se descubrió el asunto todo el peso de la ley de la época cayó sobre él, siendo condenado a cárcel. Por su notoriedad se le dio otra salida: el someterse a un tratamiento hormonal con intención de eliminar su condición de homosexual. Naturalmente no dio más resultado que una serie de efectos secundarios que acabaron con su suicidio tan solo un par de años después. Así es como se acabó uno de los héroes que ayudó en la lucha contra el nazismo.

Hoy en día siguen existiendo prejuicios pero no son ni una mínima parte de los que había en su época. Al menos aquí, en España, que es el país más tolerante del mundo ante la homosexualidad. Yo no digo que en España se carezca de riesgo. Puede que en otros aspectos, como el racismo, estemos peor. Pero creo que en términos generales tenemos una sociedad que va en la buena dirección. Si en otras cuestiones no puedo estar orgulloso de mi país, en este si lo estoy.

A lo que quería llegar es a que en estas condiciones no deberíamos de tener miedo a expresarnos. Si, hay riesgo, pero otros hacen surf, escalada, puenting o viajan a lugares peligrosos. Escribir en un blog no debería de verse como algo especial. Por que además, ocultarnos ralentiza las posibilidades de progresar de la sociedad.

Si Alan Turing se hubiese enfrentado con todas sus fuerzas contra la intolerancia de la época seguramente, con su reputación, hubiese podido lograr grandes cosas. No digo que hiciese mal, no se puede pedir a nadie que sacrifique su vida, pero en estos momentos siento que censurar lo que escriba en este blog sería ridículo teniendo en cuenta por lo que pasan muchas otras personas en su vida.

Por ello trato de ser sincero y no limitarme a la hora de escribir. Todavía quedan al menos un par de cosas importantes en este aspecto que debería de tocar, aunque me cueste hacerlo. Espero animarme pronto al menos a una de ellas dado que ya tengo pensado como hacerlo sin que sea demasiado violento.

sábado, 27 de septiembre de 2014

¿Como ser más comunicativo?

Aquí es fácil hablar. Al fin y al cabo quien quiere lo lee y quien no quiere, no. Además escribo cuando puedo y la gente puede leer cuando mejor le viene. Sin embargo en persona sigo sintiéndome lejos de la gente.

Quizás me equivoque y sea normal esta situación, pero tengo la impresión de que la gente normalmente se involucra más con los demás de lo que yo lo hago. Que las personas se conocen mejor e interactúan más. No es fácil estar seguro por que todos participamos en diferentes situaciones, y quizás me fijo más en aquello en donde me encuentro por detrás de los demás, mientras que no soy consciente cuando la situación es a la inversa.

También puede ser solo falta de tiempo. No es que trabaje en exceso pero si que me distraigo demasiado y al final eso significa que no paso tanto tiempo como quisiese con la gente a la que aprecio. Si es este el problema no es demasiado importante dado que siempre podré sacar más tiempo para los demás o esperar a momentos más propicios. Mis proyectos actuales me comen bastante tiempo pero espero que no sea así en el futuro.

Pero por si acaso hay más problemas, es bueno planteármelo. He pasado muchos años con poca actividad social y eso puede haberme perjudicado en este sentido. Soy malo valorando las situaciones sociales, y eso suele hacer que actúe a veces con excesiva prudencia. El otro día sin ir más lejos quedé callado cuando otra persona hablaba de algo que podría aplicarse a mi. Quizás el lo notó pues rectificó lo que estaba diciendo, pero yo permanecí callado todo el tiempo. Me hubiera gustado decirle que nada de eso me molestaba, que sabía que no se refería a mi y que en ningún caso me lo tomaría mal, pero no fui capaz. Un chiste, una frase irónica hubiese sido suficiente, pero como temo meter la pata por exceso, lo hago por defecto.

Tampoco digo a la gente todo lo que me gustaría decirles. Quizás esto sea lo normal y el hacerlo fuese incómodo. Incluso es posible que ya diga más de la cuenta, pero la verdad es que no se cual es el punto justo. Recuerdo un par de situaciones, en una me dijeron lo linda que era uno de los personajes de mi aplicación y otra en la que me alabaron una camiseta. Y en ambas ocasiones me gustó mucho oírlo. Pero en lugar de responder en consecuencia, le quité importancia: En el caso de la camiseta dije que era un regalo, y en el del personaje, que lo íbamos a cambiar. Lo hice yo mismo, y estaba orgulloso ¿por que no lo planteé en ese sentido?

Estoy acostumbrado a no destacar, y en general no me gusta hacerlo. Pero en estas ocasiones en las que la interacción es de persona a persona, el no hacerlo significa perder oportunidad de conocernos. Y todo esto cuando me dan pie a hablar ¿no debería yo mismo ser capaz de iniciar la interacción? Supongo que casi siempre me falta el identificar el momento adecuado y el tema apropiado.

El problema está en que no se cuando molesto y cuando no. Quizás no haya molestado nunca, aunque me parece poco probable, pero el caso al final es que no se cuando puedo molestar. Y ante la duda, lo evito siempre. Necesito poder identificar mejor de que quiere hablar o no la gente, y en que momentos están dispuestos a hablar y cuando no es apropiado. E incluso cuándo o cómo puedo tratar de producir esos momentos, o en qué ocasiones esto sería inapropiado.

Ojalá fuese tan sencillo como preguntar a la gente. Y quizás lo fuese, pero el caso es que no veo que nadie lo haga. La gente es más espontánea, mientras que parece que yo necesitase pedir permiso para todo y asegurarme de que todo va a ir bien antes de empezar.

jueves, 25 de septiembre de 2014

¿Se pueden inventar emociones?

Me está costando escribir hoy, y en parte es por que siento como si estuviese mintiendo. Quiero hablar de lo que siento, pero a la vez siento que esas emociones que quiero describir no son reales, sino "construidas". ¿Es esto posible?

Como ya he dicho, creo que trato de ser como las personas que me atraen. Eso me hace dudar de mis propios sentimientos, pues algunos de ellos son ridículos desde un punto de vista racional, y sería mucho más fácil explicarlos como parte de un "personaje" que estoy creando. Un personaje tan sensible que se preocupa o emociona por cualquier chorrada. Se preocupa por ser demasiado competitivo en un juego de estrategia, o se emociona por el simple hecho de tener disponible en una partida de rol un personaje femenino como pensado para él.

Lo que dudo es si estas emociones estarían ahí si yo no me hubiese propuesto ser esta clase de persona. Al fin y al cabo si te puedes emocionar con historias imaginarias ¿por que no poder crear emociones en base a fantasías sobre tu "yo" ideal? Si esto es así quedaría la duda de si todo es un engaño y las emociones reales están escondidas más profundamente.

Además, si una emoción es natural, nadie te puede quitar tu derecho a tenerla. Pero si por contra es "construida", tienes cierta responsabilidad sobre su influencia. Supongo que la respuesta ha de quedar para otro artículo, por que parece que me queda bastante por pensar.

lunes, 22 de septiembre de 2014

Diseñando un mundo de leyenda

En el trabajo me han dado luz verde al desarrollo de un juego de navegador en el que la clave será la reputación y la diplomacia. En realidad es parte de un proyecto de aprendizaje de idiomas, aunque en eso ya entraré en otros artículos. Pero lo que quiero hacer en este artículo es emocionarme con la idea. Y además quiero emocionarme de manera irracional, con conceptos que no tengan por que ser muy realistas. Así que preparaos para tomaros los siguientes párrafos con una visión indulgente de lo que escribo.

Y si he de soñar, creo que empezaré por necesitar algo de música:


Escoge tu personaje, escoge su aspecto, su lugar de origen. Acabas de llegar a la gran capital, y para entrar habrás de ganar el visto bueno del guardia de la entrada. Ganar reputación con él. Pronto estarás en una ciudad como no hayas conocido otra igual. Decenas, cientos de personajes a los que conocer y con los que ir ganando reputación. Cada uno de ellos te dará acceso a nuevos lugares, te presentará a personas más influyentes, te explicará nuevas cosas. Deberás ganarte el respeto de esa gente para poder tener un lugar en la ciudad. Un lugar en el que residir, algo en lo que trabajar, y la posibilidad de ir ganando posiciones y privilegios.

Pero esto es solo el principio. Pronto aprenderás que en este mundo hay otras razas asombrosas y sorprendentes. Hay otros mundos y lugares increíbles que visitar. Una puerta a cosas alucinantes, y detás de ella otras puertas más hacia cosas fantásticas y emocionantes. Seres a los que conocer, cosas que aprender, títulos, rangos y honores a los que acceder, y nuevas habilidades. Ganar la aceptación en aquellos lugares, y también diversos poderes.

Pero esto es solo el principio. Pronto ganarás suficiente reputación como para que se te tome en cuenta, y entonces muchos acudirán a tí para que les ayudes. Para que resuelvas problemas en este mucho. Quizás algunos sean tan solo problemas personales, pero en otros casos, el destino de una comunidad, de una raza o incluso de todo el mundo estará en juego. Podrás escoger a quien ayudar y a quien no. Podrás comprometerte con una raza, hasta llegar a ser uno de ellos o adoptar una posición neutral, ayudando a todo el mundo, o tan solo a ti mismo. Y entonces tu nombre comenzará a sonar como el de alguien que puede cambiar las cosas.

Pero esto es solo el principio. Pronto encontrarás otros jugadores con los que competir o colaborar. Podrás unirte a ellos en gremios en los que contribuir a este mundo, aportando a la Gran Biblioteca, con tu conocimiento, o colaborando en misiones para las distintas razas. O podrás competir contra otros jugadores o gremios por obtener la mayor reputación en diferentes lugares o entre distintas razas, y así alcanzar títulos y consideraciones reservadas a unos pocos, pudiendo incluso llegar a ser emperador de todo este mundo.

Pero esto será solo el principio. Pronto verás que este mundo es más que una ficción. Que entre los jugadores se irán creando contenidos. Compartiendo conocimientos. Que los libros que unos usuarios creen serán útiles a otros, y que cada persona podrá compartir su idioma con los demás,y que todo esto influirá al mundo. No a este mundo virtual, sino al mundo real. Que la idea de que las cosas se pueden resolver hablando, mediante diplomacia y colaborando, se acabe por imponer sobre las ideas obsoletas del mundo del que venimos.

Vaya, parece que al final no he acabado por exagerar tanto como esperaba al principio. No entraré en detalles, pero si diré que espero algún día incorporar tecnologías increibles, como la posibilidad de terminar entrando en este mundo virtualmente con alguno de esos nuevos cascos de realidad virtual que se están desarrollando.

Pero esto, amigos, será solo el principio.

viernes, 19 de septiembre de 2014

Testosterona

Creo que el hombre es libre. Que la genética, la química o la sociedad pueden influirnos, pero no predeterminar nuestro camino. Debido a esto no presté nunca mucho interés al efecto de hormonas como la testosterona, lo cual me convierte en un ignorante en el tema. Y eso es algo que no deseo ser.

Es por ello que he estado informándome, y algunas cosas que me he encontrado me han sorprendido. Por ejemplo ¿Sabíais que la testosterona inhibe la capacidad de llorar? Así no es de extrañar que el no llorar se considere un rasgo más "masculino":

El es Conan, el bárbaro. El no llorará... Yo lloro por él.

Y sin embargo eso a mi siempre me ha parecido una desventaja. Me gustaría llorar más, sin necesidad de tener una tristeza extrema.Tan solo por emoción. Es algo que relaciono con las emociones, y por ello echo en falta. También recuerdo una época en la que mi hermana lloraba ante ciertos problemas, y yo me preguntaba si su dolor era mayor que el mío dado que yo no podía llorar. Ahora al menos se que no es tan simple.

A mi llorar no me parece un símbolo de debilidad, sino de capacidad emocional. Algo que me enternece. Lo que curiosamente también puede estar relacionado con la química del cerebro, puesto que al parecer la testosterona baja en los hombres al oír a alguien llorar.

Y es que la testosterona nos hace ser más impulsivos e irritables, menos emocionales y empáticos. Es por ello que reducir la presencia de esta hormona, cosa que también ocurre en la paternidad, nos hace más confiables en las relaciones humanas. Más humanos, diría.

La testosterona nos da más habilidades técnicas y prácticas, pero reduce nuestras habilidades sociales y emocionales. Y yo últimamente estoy descubriendo que estas son las que verdaderamente importan. Al menos para mi.

Es decir, el carácter masculino no me disgusta. Incluso puedo encontrar atractivos los rasgos masculinos en una mujer. En cierta manera admiro esos rasgos, es simplemente que no son los que yo necesito para mi. He escogido otro camino no solo para la vida diaria sino también para los negocios, más basado en la colaboración y en comprender las emociones que en la competición y los cálculos.

Por que tampoco se si en ese apartado realmente estoy en la misma situación que otros hombres. Los niveles de testosterona no son los mismos en todas las personas. ¿Y si mi perspectiva es distinta debido a ello? ¿Y si no interpreto de igual manera el deseo sexual, la necesidad de lucha, las decisiones prácticas,...?

Pero quizás eso simplemente no importa. A pesar de que toda mi vida me vi como alguien muy racional y práctico, creo que ese camino solo me ha servido para aislarme y que no es lo que me favorece. Por ello quiero cambiar, digan lo que digan mis hormonas.

martes, 16 de septiembre de 2014

Atracción

El problema es que siento atracción por muchas personas pero hasta hace poco nunca me había planteado la naturaleza de dicha atracción. De lo que estoy acostumbrado a oír hablar (o ver) es de la atracción romántica y de la atracción física, y creo que muy habitualmente he asumido que la única clase de atracción que yo podía sentir por una persona era de uno de esos dos tipos.

Por atracción me refiero a un sentimiento de interés por una persona que va más allá de lo que habitualmente sentimos por un compañero o amigo. El deseo de pasar más tiempo con esa persona, y de saber más sobre ella o que ella sepa más sobre ti. Voy a poner algunos ejemplos:

Un día en la Casa de las Lenguas, esperando a la proyección de una película, se acercó una chica americana. Nos preguntó algunas cosas, pero el caso es que al final terminé hablando con ella yo solo, casi en exclusiva. Y además bastante suelto, cosa que no es habitual en mi. Creo que fue por esto, por ver algo distinto en mi comportamiento, por lo que me sentí atraído por dicha persona.

Podría mencionar también el caso de un chico que resaltaba habitualmente coincidencias conmigo, en gustos, en actividades,... U otra persona que me ha mostrado unas emociones respecto a ciertos asuntos similares a las mías. Pero no todo va de gente con la que interactúo. Me ocurre también con personas a las que su físico me hace presuponerles cierta personalidad, por las que siento empatía, compasión o ternura.

En todos estos casos siento atracción. Pero mi problema es que creo nunca haberla sentido de otro tipo, o al menos me parece que es menos acentuada de lo que es para otras personas. Atracción sexual, por ejemplo. O incluso atracción romántica. No digo que no las haya sentido, sino que no he podido distinguirlas de otros tipos de atracción, como si la primera se superpusiese u ocultase la segunda.

No se explicarlo mejor. No se si esto realmente es así, o si me estoy perdiendo algo, la verdad. Pero quería explicar un problema que esta forma de entender las cosas me ha causado. Al no poder distinguir entre distintos tipos de sentimiento de atracción, y presuponer que todo lo que podía sentir era atracción de tipo romántico o físico ¿Os podéis imaginar el malestar que esto me producía en ciertos casos? Atracción por un hombre, atracción por personas ya comprometidas, atracción incluso por personas menores de edad,...

Ahora ya se que esto no es así, que lo que siento no es atracción física o romántica, o no al menos solo esta clase de atracción, que si en alguno de los casos la siento, está oculta.

Sin embargo, sigo teniendo un grado de confusión considerable en estos asuntos. Sobre todo por que no se como comunicarle este sentimiento a la gente ¿como le dices a una persona que te gustaría tener una relación más cercana con ella, que te gustaría saber más cosas de ella y contarle más cosas, sin que crea que te estás declarando? La cosa puede ser peor aún si, como me temo, la experiencia para otras personas en estos asuntos es muy distinta, y por tanto pueden malinterpretar lo que significa.

domingo, 14 de septiembre de 2014

Un mundo completamente nuevo

Hoy me ha costado escribir. Hay cosas que quiero decir, pero que no sabía como expresar de una manera emocional. Pero la música siempre ayuda en estos problemas, y encontré las palabras justas:


Quiero hablar de cosas que me hacen sentir que no tengo los pies en el suelo. Quizás soy demasiado infantil, y no veo las cosas como me las presentan, pero decidme ¿Cuantas veces dejamos a nuestro corazón decidir? Quiero abrir los ojos, pero no ante el mundo que nos presentan, sino ante un mundo maravilloso que aún no hemos descubierto.

Quiero ver el mundo desde una alfombra mágica. Desde un fantástico nuevo punto de vista.

Trabajo en aprendizaje mediante sistemas informáticos, y creo que a través de ello puedo cambiar el mundo, pues veo un potencial muy grande en cada persona. ¿Nos hemos preguntado alguna vez cuan rápido podemos llegar a aprender con las técnicas apropiadas? Yo creo que dentro de cada persona hay un genio, un científico, y que si no alcanzamos todo nuestro potencial es por que nos imponemos límites inexistentes.

Sufro cuando alguien me dice que no puedo hacer algo, solo por que no he estudiado las materias apropiadas, o que se presupone que debería de estar haciendo otras cosas. Es cierto que siempre hay quien pueda hacer las cosas mejor que yo, pero mientras ellos estén a otras cosas ¿que problema hay en que yo lo intente?

Así que no aceptaré que nadie me diga no, o a donde he de ir, o que solo estoy soñando. Por que allí a fuera, más allá de los límites de lo que conocemos ahora, hay un mundo completamente nuevo, que nadie ha visto aún. Un mundo con increíbles cosas que descubrir, y en el que disfrutar de emociones indescriptibles.

Y creo firmemente que todo converge: que mis sentimientos, que mi labor, que mi investigación y las cosas que descubro tanto en ella como en mi, como en la gente que me rodea, me lleva en una única dirección: Hacia un nuevo mundo en donde no se aplicarán las reglas del existente. Un mundo con cientos de miles de cosas increíbles que ver, y que nos hará contener la respiración.

Y he llegado tan lejos ya, he visto tantas cosas, que nada me hará volver atrás. Que perseguiré estos sueños pase lo que pase, y que espero compartirlos con vosotros. Compartir este nuevo mundo a el que llegaremos a estar algún día.

sábado, 13 de septiembre de 2014

Me avergüenza: No tener pareja

Con este artículo empiezo una serie dedicada a cosas que me da vergüenza que la gente sepa de mi. No son cosas malas que me molesten. Incluso algunas de ellas me gustan de mi. Pero por un motivo u otro temo lo que piense la gente. El problema está en que ello me hace actuar de manera diferente, a limitarme en ciertos aspectos. Y esto es algo que quiero cambiar. Por esto necesito contarlo, por que no hay nada malo en ello y no debería de avergonzarme ni forzarme a actuar de manera distinta. Creo que si al menos lo cuento aquí, me acostumbraré a ello y podré actuar de manera más natural, con menos complejos.

Lo primero de lo que voy a hablar es de que a pesar de tener 33 años nunca he tenido pareja, y ni tan siquiera he llegado a besar a nadie. Todo lo más que he tenido es una relación por Internet. La verdad es que estar así no me molesta. No siento la necesidad de buscar pareja, y no quiero convertirlo en un problema. Quizás soy demasiado idealista con esto del amor, pero no quiero tener a una persona tan solo para llenar un vacío, sino que sea algo que surja con alguien a quien realmente quiera.

El caso es que aunque en la vida real no lo busco, el tema del romance en si me encanta. En los juegos de rol si que le doy más importancia que en la vida real. En estos juegos me encanta vivir romances, aunque claro, aquí es más fácil idealizar sin compromisos. Sin embargo surge la pregunta: ¿Uso los juegos de rol para vivir algo que debería de estar viviendo en la vida real? ¿Para cubrir una necesidad? Lo cierto es que ya me lo han dicho. Y la respuesta es: No importa.

Cierto, puede que trate de vivir en los juegos de rol algo que me gustaría vivir en la vida real. Esa es una de las razones. Pero otra es simple y llanemente que me gusta el romance. Que me encanta ver Charada o que me emociono cada vez que veo Sabrina, o con Esposa por sorpresa. ¿Dejaría de buscar el romance en el rol solo por tener pareja? Tengo claro que no. Entonces ¿por qué he de hacerlo ahora?

Sinceramente, creo que saboteo a mis personajes a la hora de encontrar el amor, y que lo hago así por que me avergüenzo de mi propio romanticismo. No quiero vivir a través del rol lo que no estoy buscando en la vida real. ¿Pero no es esto un contrasentido? Mis personajes hacen grandes viajes, viven aventuras, aprenden magia, adquieren poderes, luchan contra dragones,... y obviamente nada de eso lo vivo yo.

Por eso he de dejar de avergonzarme. He de dejar de esperar el rechazo de la sociedad. Toda mi vida, en multitud de aspectos me he cubierto de manera preventiva ante lo que creía que la sociedad podría rechazar. Y eso significa limitarme constantemente, vivir menos. Si en algo tan sencillo como tener romances en juegos de rol tengo problemas ¿cuanto más habrá por ahí de lo que no tengo ni idea? Es con todo esto con lo que quiero comenzar a romper.

miércoles, 10 de septiembre de 2014

Mi problema con el contacto físico

Esta es una de esas cosas que me parecería linda en otras personas, así que no me disgusta verla en mi. Mi problema con el contacto físico es que me gusta, pero que temo molestar a los demás, o estar haciendo algo mal.

Imaginad por ejemplo que estando con los brazos apoyados sobre la mesa, una chica sentada a mi lado los apoye allí también, llegando a tocarme. En principio eso incluso me gusta. Ahora bien, dado que me gusta, me planteo ¿estará mal? Quiero decir, lo que para ella fue solamente el apoyarse en la mesa para escribir sin tener intencionalidad ninguna, sin probablemente tan siquiera darse cuenta, es para mi una situación "atractiva". Me siento como si me aprovechase de ello.

Se que no está mal. No me siento como si le estuviese haciendo algo terrible, como si estuviese violando su confianza. No me siento mal. Pero aún así mi primer impulso es retirar el brazo. Si me resisto a ese primer impulso es por que se que si nada más tocarme alguien me alejo, la otra persona podría pensar que la rechazo, y tampoco quiero que piense eso. Así que continúo con mi brazo ahí apoyado, sintiendo el contacto con el suyo, lo cual me gusta y me hace sentir que me aprovecho, y que no es normal que esté tanto tiempo con el brazo ahí, tocando el suyo. Que hace tiempo que debería de haberlo retirado. Lo cual es una tontería, dado que ella lo puso ahí, y ella también lo mantiene. Pero ella no tenía intencionalidad ninguna, ni sienta nada por ello, por lo que es normal que ella no se moleste en retirarlo.

Así que pasado un tiempo prudencial hago como que voy a coger algo o cambiar de posición por comodidad, y me sitúo en una situación en la que no la toque. Todo esto que comento no es tan razonado, naturalmente, ni realmente me molesta. Es una situación que entremezcla el placer de sentirte integrado, de que te tengan esa confianza, con la incertidumbre de plantearte tus propias motivaciones. Pero es parte de mi, y quería comentarlo.

También me pasa con chicos. Al ir a hacerme una foto, por ejemplo, no me junto demasiado, y me cuesta poner la mano sobre su hombro, aunque el resto lo haga. El pensamiento es ¿y si molesto? Supongo que es básicamente un problema de falta de experiencia social, y de desconocer los límites apropiados. Normalmente hay un punto en donde el contacto físico puede ser molesto, pero yo me quedo mucho antes, demasiado.

Otro caso en el que he notado mi falta de experiencias es a la hora de evaluar la relación entre dos personas. Hasta el punto de no darme cuenta de que eran pareja a pesar de los signos que para otros seguramente serían obvios. Esa cercanía física yo la veo más natural de lo que realmente es, y por eso no interpreto a veces lo que implica. Lo cual quizás tenga que ver con mi forma de actuar: Miedo a que se interprete de mi actitud cosas que no son.

En fin, quiero dejar claro que nada de esto es realmente un problema para mi. El contacto físico, aunque me gusta, no me parece lo primordial. Conocer a la gente y expresar mis emociones es mucho más importante. Pero si en algún momento os parezco frío o poco cercano, que sepáis que es por esto, y no por otros motivos.

martes, 9 de septiembre de 2014

Probando el rol emocional

Ayer hice la primera prueba y no puedo evitar una sensación de decepción. Pero seamos sinceros ¿cuantas veces al dirigir no os habéis quedado con una sensación agridulce? Lo que si puedo decir es que han surgido muchas ideas y que hay capacidad de mejora.

Para empezar, tengo que probar en un entorno más cerrado: 3 o 4 jugadores y con personajes predefinidos en una partida sin continuación. La verdad es que ya tenía una idea en mente que espero intentar antes de seguir con ningún tipo de campaña.

Pero entrando en que corregir, surgen muchas ideas. La ausencia de reglas es una característica de este sistema pero se me ha ocurrido una manera de incorporarlas sin perder flexibilidad. Las acciones que los personajes puedan hacer deben de limitarse, pero en lugar de hacerlo sobre un manual se harán sobre la propia ficha del personaje. Al definir este se han de especificar las habilidades y acciones que se pueden hacer a la hora de gastar una carta, y el objetivo es que haya un equilibrio entre los personajes.

Por ejemplo, en habilidades normales se puede incluir "abrir cerraduras". El mayor problema está en los poderes, en donde en lugar de decir la habilidad como "controlar la gravedad" se debe de especificar una acción concreta que especifique lo que se hace: "Saltar más lejos delo normal", "coger cosas al vuelo", "repeler un disparo",... También se podrán gastar varias cartas a la vez si es posible realizar más de una acción sobre la marcha.

Hacerlo tiene dos ventajas: Por un lado el ir definiendo que puede hacer y no el personaje, y cuanto le cuesta. Se podrán plantear acciones fuera de este guión, pero al menos tendremos puntos de referencia. Además, permite comprobar de ante mano que los personajes estén equilibrados.

Uno de los problemas de la partida es que mientras unos podían gastar cartas sin parar, otros estaban más limitados, y esto era por estar descompensados. Personalmente apuesto por que los personajes puedan estar descompensados en cuanto a sus habilidades, pero debe de haber alguna otra cosa que los compense. Ahí entramos en la importancia de los traumas como limitadores.

Veamos la siguiente situación: Un personaje tiene una habilidad que le hace poder resolver casi todo el solo. Los otros jugadores no es que no puedan intervenir, sino que por roleo se ven limitados. Si eres Lois Lane y vas con Superman, desde un punto de vista puramente interpretativo ¿para que vas a actuar?

Aquí va mi solución: debilitar a Superman para que tenga que pedirle ayuda a Lois. ¿Cuando hacerlo? Naturalmente se puede confiar en la capacidad interpretativa de los personajes, pero se puede también establecer algo a través de reglas. Es muy simple, si te quedas con pocas cartas podrás ganar una más adquiriendo una "condición". Estas condiciones pueden ser de cualquier tipo que te impida usar tus habilidades: estar herido, asustado, aturdido,... La condición no se recuperará hasta haber recuperado casi todas las cartas, y aunque se podrá actuar mientras tanto, se sugiere dejar que otros personajes tengan que resolver la situación en ese momento.

Esto entronca con los traumas, las debilidades, el estrés,... No ha funcionado muy bien la idea, así que ¿por que no utilizar lo anterior? Se considerará que a menor número de cartas, mayor estrés, y el jugador tendrá que interpretar que le está ocurriendo para que cada vez esté en peor estado y pueda acabar cometiendo un error que le implique una condición.

Los traumas y su superación se podrían enlazar con algún tipo de subida de nivel: Superar tus problemas será lo que te permita mejorar tus habilidades, así se convierten en un elemento fundamental del personaje. Además, dado que no queremos que nadie se quede atrás, tendrás que preocuparte también de los problemas del resto.

Otra cosa que vi es que al no haber riesgos reales, acciones de protección carecen del dramatismo que se les supone. Por ejemplo, un personaje echa a otro a tierra para evitar un disparo, pero como sin hacerlo tampoco hubiesen cambado las circunstancias, el hecho pasa desapercibido. Para corregir esto voy a introducir los "puntos de amenaza". Unas cartas boca arriba sobre la mesa que representan el número de enemigos o peligro equivalente. Si alguien llama su atención, estas cartas podrán concentrarse en dicho personaje, y si pasa varios turnos en dicha situación, podré proponer una condición (si le están disparando, que el personaje acabe herido). Cualquier acción que se haga en ese contexto para ayudar al personaje reducirá el número de cartas de amenaza, así que estas acciones tendrán mayor relevancia.

Para finalizar, tengo que aprender a decir "no" como master. Sobre todo en este sistema en el que decir "no" es parte fundamental de las reglas. Si yo no lo hago ¿como lo van a hacer los jugadores? En la próxima ocasión voy a hacer de abogado del diablo, y oponerme a los jugadores aún cuando la propuesta sea válida, para forzar una votación. Además, para oponerse no será necesario gastar carta a menos que la alternativa propuesta de protagonismo a tu personaje.

Así que, en resumen:

  • Definir las acciones en las que cada personaje puede gastar cartas
  • Las cartas indican tu energía/salud mental, a medida que bajan te costará más realizar acciones
  • Si las cartas bajan mucho se puede recuperar una obteniendo una consecuencia (herida, miedo,...)
  • Las consecuencias se pueden curar una vez recuperadas casi todas las cartas, o tras un cambio de escena en donde la resolución del problema tenga sentido (¿por votación?)
  • La resolución de los traumas se dejará como un requisito para la subida de nivel y añadir nuevas posibles acciones con carta
  • Introduciré los "puntos de amenaza" para indicar el peligro en general y que usuario está más en riesgo
  • Y voy a hacer de "abogado del diablo", discutiendo las acciones a los jugadores, aunque me parezcan razonables. Tendré como master entonces mi propia mano de cartas para realizar acciones que les perjudiquen.

sábado, 6 de septiembre de 2014

¿Tener superpoderes... o ser rescatado?

"La debilidad, el camino a la colaboración es. La debilidad lleva a la necesidad, la necesidad lleva a pedir ayuda, y esta a la colaboración", parafraseando a Yoda.

Hace ya un par de días que tenía este artículo en mente, pero lo cierto es que iba a ser algo distinto. Un artículo "Que la fuerza (bruta) me acompañe", me hizo cambiar el guión. Aunque su contenido dista de lo que aquí digo, si que me hizo darme cuenta de algunas cosas.

Cuando Spiderman se pone su máscara y sale a combatir el mal, suele hacerlo solo. Un poder conlleva una responsabilidad, pero también puede conllevar cierta soledad. En nuestra sociedad nos hemos acostumbrado a admirar el poder y ver la debilidad como alguna clase de minusvalía, pero ¿y si plantease otro modelo de sociedad?

Para empezar quiero destacar que la fuerza y el poder son solo mitos. Todos los seres humanos somos extremadamente vulnerables, y por ello para algunas personas el imponerse a otras solo les sirve como forma de engañarse ante sus propios miedos. Pero cuando hablamos del poder, este se asienta sobre otras muchas personas, y aunque parece que los hombres con poder toman sus propias decisiones, lo cierto es que perderían este poder si sus decisiones no se ajustasen a los criterios de otros que les apoyan.

Pero el caso es que nos engañamos diciendo que hay personas fuertes y personas que no lo son. Simplemente se finge el ser fuerte tratando de aparentar que no necesitamos a los demás. Pedir ayuda es un signo de debilidad. Es algo heredado del pasado, de cuando la hombría se demostraba con violencia.Pero aún persiste en nuestra sociedad como concepto.

Quizás el pedir ayuda no sea ya algo tabú, pero desde luego se sigue animando a la gente a resolver lo que puedan por uno mismo. Y el problema es que casi todo lo puedes resolver por ti mismo. Si has de encontrar una dirección puedes pasarte media hora dando vueltas sin preguntar, pero la puedes encontrar por ti mismo. Si has de tomar una decisión, puede que la tomes peor, pero la puedes tomar por ti mismo.

Ahora bien, aceptando que deberíamos pedir ayuda también en estos casos, yo quería ir aún más lejos ¿y cuando no la necesitamos en absoluto? No hablo de pedir que otra persona haga algo por ti, sino de hacerlo juntas. ¿No puede ser eso bueno? Compartir la experiencia, colaborar, aprovecharlo como una oportunidad para socializar,...

Colaborar es algo a lo que esta sociedad no está acostumbrada. Creo que nos faltan herramientas para ello. Estamos en una sociedad muy competitiva con miedo a que unos se aprovechen de otro. Y lo peor es que a veces por querer ser mejor personas lo invertimos y tampoco colaboramos por miedo a aprovecharnos nosotros de los demás.

Un test de Internet me ha dicho que mi poder es la precognición. Pero si pudiese escoger, sin duda escogería la telepatía. Por que ¿cuanto más podríamos colaborar si supiésemos que es lo que necesitan los demás y en que están dispuestos a ayudarnos? ¿Que cosas podrían salir mejor estando juntos? Es un sueño muy bonito ¿o es algo más que un sueño? Por que ahora mismo estoy pensando algo que... pero no, os voy a dejar con las ganas, esta historia tendrá continuación pero tendréis que esperar al siguiente episodio.

Continuará...

jueves, 4 de septiembre de 2014

Apostando por la ingenuidad

Tengo emociones muy viscerales. Por poner un ejemplo, he dejado de ver series por no resistir la muerte de ciertos personajes. Empatizo en exceso, aún siendo personajes de ficción. También me pasa con la vergüenza ajena. Cuando veo un personaje metiendo la pata no lo puedo resistir, incluso en comedia. A veces incluso he de cerrar los ojos y taparme los oídos.

Pero estos dos casos no me molestan. Son cosas que me parecen interesantes, rasgos de personalidad. Sin embargo hay otras cosas con las que no me siento a gusto, como es la rabia que me entra en ciertas discusiones a través de Internet. Es algo que no me gusta. A veces lo busco de manera inconsciente, pero no me siento a gusto siendo así.

Me gustaría no cabrearme tanto. No plantearme las cosas como ataques personales ni tender a interpretarlas por su lado malo. Por decirlo de otra manera, me gustaría ser una persona más ingenua. Me gusta la gente ingenua, inocente, y es un rasgo que me gustaría cultivar en mi.

Sin embargo me surgen dos preguntas ¿Se puede ganar en ingenuidad? El camino suele ser al contrario: A medida que se entiende el mundo, la ingenuidad se pierde. Y como segunda cuestión ¿Una persona más ingenua no está menos preparada para ayudar a resolver las cosas malas de este mundo? Algo tan sencillo como no desconfiar de ciertos políticos.

La primera cuestión no creo poder resolverla, pero el no saber la respuesta no significa no intentarlo. No creo que sea posible olvidar lo que ya sé sobre la sociedad, pero tampoco creo que eso me obligue a suponer siempre lo malo. Una forma de resolver esto es entender que detrás de cada comportamiento malo hay casi siempre un problema personal, y por tanto se puede tener compasión por esas personas en lugar de resentimiento.

Voy a intentar pensar bien, tomarme las cosas como si fuesen dichas sin malicia y cuando esto no sea posible intentar entender que detrás de cada mala actitud hay una persona que seguramente tenga sus problemas. Seguramente a los que me conocéis del rol o juegos os parecerá que ya actúo bastante así, pero es distinto estar entre amigos entreteniéndonos, que en otras circunstancias. Esto no significa que vaya a dejarme pisotear, tan solo evitar cabrearme y en su lugar buscar la solución que más me convenga.

La segunda cuestión tiene mayor calado: ¿Es bueno que la gente sea demasiado ingenua? Es una pregunta de difícil respuesta. Personalmente creo que muchas guerras se evitarían si la gente fuese más ingenua puesto que no se generarían escaladas armamentísticas en base a la desconfianza mutua. Pero también es posible que la alternativa fuese que uno se impusiese sobre otro sin contemplación.

Pero no hablamos aquí de toda una nación, sino de una sola persona: yo. Y por que solo yo sea ingenuo, el mundo no se resentirá. El buen trabajo que hago en otros campos lo podré seguir haciendo ya que la ingenuidad no me lo impide. Y mi papel en los problemas sociales que requieran desconfianza no es que sea relevante. ¿Conflictos entre potencias? ¿políticas económicas? ¿debates sociales? Creo que no se resolverían ni contando conmigo, ni se verán perjudicados en modo alguno por mi ausencia.

En fin, esto en realidad resuelve poca cosa, pero es el punto de partida. Y por lo que voy viendo en este blog, cada vez que te pones en marcha un cambio descubres cosas nuevas que no esperarías. Así que espero volver a escribir sobre este tema con nueva información o ideas.

martes, 2 de septiembre de 2014

¿Y si me gustan los roles de género?

En este blog (y antes) siempre he planteado que estoy en contra de los roles masculino y femenino.  Sin embargo, al volver a ver el opening de la segunda temporada de "School Rumble" (animé que recomiendo, por cierto), me he dado cuenta de que la cosa no es tan simple:


La música y la letra no es lo que quiero destacar, sino lo que ocurre en el videoclip. Se puede interpretar de diversas maneras, pero la que yo hago es la siguiente: Mientras el bruto del colegio se enfrenta a todos los chicos de la escuela para conseguir su objetivo, la chica le sigue ajena a todo el alboroto para acabar llevándose el premio.

Los roles de género son constantes en el videoclip:

  • Se sabe que la chica no va a pelear (las chicas no pelean) luego no supone una amenaza
  • La chica puede permanecer ajena a todo pues sabe que no será golpeada dado que está mal visto golpear a una chica
  • Por contra los chicos, todos ellos, si que pelean, a pesar de ser más débiles que el bruto. El solo hecho de ser hombres implica actuar así
  • Por último la chica, con encanto, y sin despeinarse, logra hacerse con el premio. La recompensa por ser adorable. En mi opinión es un mensaje implícito de que son esas características las que le dan derecho al premio. Como una especie de compensación por aceptar un papel de "no violencia" en la sociedad.

Ahora, para los que hayáis estado leyendo el blog ¿con que personaje creéis queme identifico más yo? No lo negaré, me gustaría para mi el rol que tiene esta chica. El "privilegio" de no tener que luchar y de que su encanto le haga merecedora del premio.

Se que la respuesta políticamente correcta era que nadie debería de pelear, y el premio debería de repartirse equitativamente o por sorteo. Pero no hablamos solo de peleas. Hablamos también de ser tratado con mayor o menor delicadeza, en deportes, por ejemplo. No todo el mundo tiene por que ser tratado con la misma delicadeza. Puede haber algunos que prefieran relacionarse de una forma más bruta, y otros que prefieran no hacerlo. Estamos hablando de distintos roles.

El problema no está por tanto en los roles en si, sino en que te los impongan en función de tu sexo. La verdad es que desde que empecé me chocaba hablar aquí mismo de juegos de rol y de roles sociales por la confusión que podían generar a pesar de ser cosas distintas. Pero empiezo a ver cierta conexión. Los roles sociales no son tan solo roles de género. Hay multitud de roles que pueden variar de cultura en cultura y que especifican como se trata la gente entre si.

La actitud paternalista puede ser errónea hacia una mujer, pero es perfectamente válida ante un niño pequeño. Entre un niño y  un adulto se establecen roles que marcan el comportamiento social de cada uno, comúnmente aceptado por la sociedad, sin que ello signifique nada malo. Igualmente entre un profesor y un alumno, entre amigos, entre colegas de profesión, entre jefe y empleado,...

Los roles de género son una extensión más de estos roles sociales, y no tienen por que ser malos mientras no nos limiten. Por ejemplo ¿tiene algo de malo que un hombre le abra la puerta a una mujer, mientras ambos estén de acuerdo en aceptar ese comportamiento social como válido? ¿Tiene algo de malo que una mujer cocine para un hombre si a ella le gusta? Nada, mientras aceptemos que no es obligatorio, y que la opción inversa también es válida.

Podemos hablar de rol masculino y femenino y aceptarlos como opciones de conducta sin necesariamente asociarlos al sexo de la persona. Si un hombre puede tomar el rol femenino,y la mujer el rol masculino, entonces no estaremos imponiendo nada, y por tanto no habrá nada de malo en aceptar estos roles.

Supongo que lo ideal sería poder de disponer de unas banderitas sobre tu cabeza que indicasen como quieres ser tratado. Si en un momento te apetece recibir piropos, que aparezca una. Si en otro quieres pelea, que sea otra. Una tercera si buscas pareja de determinado tipo, y así sucesivamente.

Esto es impensable, aunque con la de inventos extraños que surgen nunca se sabe. Pero por hoy me conformo con aceptar que los roles en si no tienen por que ser malos sino que pueden ser una parte de nuestra naturaleza que no tiene sentido que esperemos eliminar.