domingo, 17 de agosto de 2014

Personajes, defectos y su evolución

Algunos juegos de rol incluyen la posibilidad de poner defectos a sus personajes, pero normalmente no proponen una manera de evolucionar para librarse de ellos. La consecuencia, o quizás la causa de ello es que estos defectos no suelen lastrar las habilidades principales del personaje sino que funcionan tan solo como un rasgo de personalidad para darles colorido.

Un pistolero borracho, un mago sin confianza en si mismo, un policía que mató a un niño o un militar que perdió a su hijo son ejemplos de personajes cuyos problemas les impiden desarrollar todas sus habilidades. Pero en todas estas historias los personajes acaban evolucionando y dominando sus problemas, ya sea gracias a otros personajes o a eventos trascendentales de la historia. Esta evolución emocional les da más profundidad, genera más situaciones emotivas, y promueve la interacción entre los personajes, que se verán obligados a mirar también por los sentimientos de sus compañeros.

Lo interesante ahora sería trasladar esto a reglas de rol, dado que estas pueden ayudar a tenerlo más en cuenta a la hora de interpretar. La ficha de personaje es nuestra principal aliada: Se incluirán aquí los defectos, pero sobre todo, aquellas características o habilidades que se ven lastradas, y que deben de ser algunas de las principales del personaje.

Como ejemplo de defectos podríamos poner miedos, falta de confianza, algún tipo de adicción, depresión, estrés,... La ventaja de estos defectos es que se pueden aplicar a casi cualquier habilidad. La adicción puede afectar igualmente a un ladrón, a un pistolero o a un diplomático. El miedo puede reducir tus capacidades justo en el momento en el que más las necesitas y la falta de confianza, la depresión o el estrés afectan a casi cualquier actividad que se realice.

Para superar estos problemas hay varias opciones: En algunas ocasiones puede que otras motivaciones nos hagan superar nuestros problemas, o que una mano amiga, o una voz de apoyo, nos den la fuerza necesaria. Sin embargo, para lograr una solución definitiva necesitaremos mucho más. Aquí podemos incluir un trauma que explique ese defecto, un suceso o varios de la vida del personaje que le hacen ser como es, y que deba ser superada para avanzar.

En principio tanto los defectos como los traumas se pueden mantener en secreto. Resolverlos es al final una subtrama en si misma para los compañeros del personaje: Primero, detectar que algo falla, luego ver el defecto y finalmente entender el problema, conocer el trauma. Hablar de ello puede ser una manera de comenzar a resolverlo, pero según el trauma, otras circunstancias podrán ayudar. Por ejemplo, el trauma por una traición se puede curar encontrando a alguien en quien poder confiar.

La evolución de estos traumas y defectos se podrá cuantificar con dos contadores: El efecto del problema podrá crecer o decrecer debido a diferentes circunstancias, por ejemplo, mediante un contador de "estrés". Por otro lado el avance en la solución del trauma se podrá llevar con otro contador que se irá incrementando con eventos significativos: Al hablar de ello, al sobreponerse al problema, o en otra clase de interacciones que suavicen el trauma. Los efectos de estos contadores se contraponen: Mientras un estrés alto implica más fallos, el avance en la solución del trauma hace que se sobrelleve mejor dicho estrés.

Para finalizar, y como claves de esta propuesta:

  • Los defectos de los personajes deben de evolucionar
  • Los personajes se han de involucrar en los problemas de sus compañeros, dado que rara vez se resolverán solos
  • Los traumas deben de ser descubiertos y hablados
  • Determinadas acciones y eventos influirán en la evolución del defecto, siendo habitualmente momentos emotivos.

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